domingo

Reloj de estrellas

Estaba trasteando por internet hace unos días, buscando algunos recursos didácticos para un compañero de afición, cuando me encontré en la web de la famosa revista Sky&Telescope algunas actividades curiosas para realizar con chavales de todas las edades. Pero la que realmente atrajo mi atención fue el reloj de las estrellas (yo lo he llamado reloj estelar), porque no he sido capaz en todos estos años de llegar a aprenderme cómo saber la hora qué es con solo mirar las estrellas.
Sabía que estaban implicadas en el tema las constelaciones de Casiopea y la Osa Mayor, pero nunca acababa de retener el concepto. Y mira por dónde, los chicos del Pacific Science Center habían diseñado hace un porrón de tiempo un reloj para conocer la hora con solo observar las estrellas. Lo mejor de todo es que solo necesitas papel, una impresora, una cartulina, pegamento y tijeras para construir este curioso invento.
El diseño original lo podéis encontrar en este enlace: reloj estelar en inglés. Yo me he tomado la libertad de retocarlo para dejar las instrucciones en español, lo puedes descargar aquí: reloj estelar en español.
Como decía, es muy fácil de construir. Basta recortar los círculos de la plantilla, pegarlos en cartulina para darles un poco de rigidez y unirlos por  el centro con un encuadernador metálico. Yo tardé menos de media hora en fabricarlo y no soy el barbas de bricomanía.

Las instrucciones de uso están impresas en la plantilla:
  1. Colócate mirando hacia la estrella polar.
  2. Sostén el reloj de manera que el mes actual quede en la parte superior.
  3. Gira el disco interior hasta que veas las constelaciones del dibujo en la misma posición que tienen en el cielo
  4. Lee la hora que aparece en la ventana de horas.
Un artilugio útil, bueno, bonito y barato. Y un entretenimiento para estos días de lluvia. En la próxima salida me llevaré el mío para jugar con él.



jueves

ECLIPSE TOTAL DE LA SUPERLUNA SANGRIENTA DE LA COSECHA

superluna de agosto 2015
En la madrugada del próximo lunes 28 de septiembre podremos disfrutar de un eclipse total de luna, si tenemos cuerpo y ganas de robarle horas al sueño. Y es que la luna comenzará a entrar en la región de sombra de la Tierra a las 2 de la madrugada, comenzaremos a verla oscurecerse una hora más tarde y la totalidad durará desde las 4 hasta las 5 y media. Habrá otra hora más de parcialidad y todo habrá concluido a las 7 y media de la mañana, ya con la luna cerca del horizonte. 

¿Tiene algo de especial esta luna llena? A pesar del dramatismo del título que le he dado a la entrada (más cerca de una película de terror al estilo de Los chicos del maíz) no se va acabar el mundo, ni los hombres lobos saldrán de sus guaridas para dominar el mundo y competir con los vampiros por la sangre humana. Una pena, lo sé; sin embargo la luna se vera algo más grande de lo habitual y con un color rojizo durante la totalidad del eclipse.

El motivo de su mayor tamaño aparente -14% más grande- es que la luna se encontrará en el perigeo (la mínima distancia a la Tierra de su órbita), a tan solo 356.876 km.

El color rojizo o anaranjado (sangrante) en la totalidad del eclipse es debido a la refracción de la luz solar en la atmósfera terrestre . Nuestra atmósfera  dispersa los componentes azules y verdes de la luz y deja pasar la parte roja del espectro, la cual acaba iluminando la luna. Que el tono sea más amarillento o más rojizo depende básicamente de lo cochina que esté la atmósfera.
¿Y lo de luna de la cosecha? Como siempre, queda mas bonito en inglés: harvest moon. Se llama así a la luna llena más próxima al equinoccio de otoño, que puede ser la última del verano o la primera del otoño.

Eclipse total de luna, noche del 27 al 28 de septiembre
Yendo a lo práctico, la observación del eclipse se podrá hacer desde cualquier lugar que ofrezca un cielo libre de obstáculos, incluso en la ciudad. No se necesitan telescopios ni prismáticos para disfrutar del evento. Quien quiera fotografiarlo sí que precisará de disponer al menos de trípode y disparador remoto. Una montura motorizada será de gran ayuda para la fase de totalidad, en la que los tiempos de exposición habrá que alargarlos y es posible que revelen el movimiento de la luna si utilizamos objetivos con muchos aumentos.

En resumen, mucho nombre rimbombante para un fenómeno astronómico normal. Pero, para hacer honor a la verdad, este evento es relativamente inusual, ya que el último eclipse total de luna en el perigeo (es decir, el último eclipse de una superluna) se produjo en 1982 y el próximo no llegará hasta el 2033.

Dicho esto ¿Alguien se anima quedarse sin dormir para observar el eclipse?

Nota: Gráfico extraído de las efemérides del Real Observatorio de la Marina de San Fernando, que por cierto es una auténtica joya digna de una visita.

miércoles

NOCHE DE ASTRONOMÍA EN NAVAS DEL MADROÑO



Más de 20 años después de nuestra última visita a Navas del Madroño, la asociación volvía  nuevamente a hacer una sesión de observación astronómica en esta localidad a 40 km de Cáceres. Esta vez llegábamos con algo menos de pelo, un poco más de tripita, bastante más experiencia y equipos más modernos. A la entrada del pueblo  nos esperaba Miguel Ángel Macías, concejal de juventud y la persona que se interesó por nuestras actividades divulgativas, para llevarnos al lugar en el que íbamos a realizar la observación, el ejido de abajo.

El sitio, ubicado al norte del núcleo urbano, ofrecía de entrada buenas condiciones para instalar los telescopios: algo elevado, libre de obstáculos que impidieran la observación de cualquier parte del cielo y con algunas cagarrutas de ovejas y bostas de los equinos que pastaban libres por la finca; lo que es el campo de verdad, vaya. Nada más llegar nos vino a recibir el comité de bienvenida caballar. Un grupo de caballos y asnos se nos acercaron con enorme curiosidad y excesiva confianza, al menos con Luis Miguel. Comprobado que no les traíamos comida y a la vista del numeroso grupo de humanos que venía hacia nosotros, se alejaron y no los no volvimos a ver en toda la noche.


Montamos los telescopios ante la atenta mirada de las personas que acababan de llegar. Aún no se había puesto el sol, así que no teníamos la urgencia de otras ocasiones por dejar los equipos a punto cuanto antes. Una vez equilibrados y orientados al norte con brújula (la estrella polar iba a tardar un rato aún en aparecer), aprovechamos para dar unas indicaciones básicas de cómo mirar por el telescopio y, sobre todo, qué no debían hacer cuando empezáramos la sesión (agarrarse al ocular, darle patadas al trípode, apremiar al de delante para que acabe, encender linternas; esas cosillas que la experiencia te dice que suelen ocurrir casi siempre).

Tras las instrucciones, y como la claridad se resistía a marcharse, continuamos con algunas explicaciones sobre las cosas que íbamos a poder ver y respondiendo a las  no pocas preguntas que surgieron durante la charla. Por primera vez tuvimos la oportunidad de enseñar al público de una salida el fenómeno crepuscular conocido como cinturón de Venus.

Con la aparición de las primeras estrellas: Vega, Deneb, Altair y Arcturo, comenzamos la observación del cielo a simple vista: el asterismo del triángulo de verano y la ubicación de Saturno, que fue el primer objetivo de los 2
telescopios (el 9,1/4” de Luis Miguel y mi 6”). Mientras el personal disfrutaba de la visión del planeta más espectacular del sistema solar, continuamos descubriendo el firmamento que teníamos sobre nuestras cabezas puntero láser en mano. La noche es oscura y alberga horrores, es la frase de los adoradores de R’hllor en la saga de Juego de Tronos, en nuestro caso podíamos decir que la noche era clara y albergaba farolas de globo. Una hilera de este tipo de luminarias -a unos 500 metros de distancia- se encendió para ponernos un poco difícil la observación, aunque no pudieron con nosotros.
De Saturno, en el que paramos un buen rato, llegó el turno de Mizar y Alcor, M57, Albireó, beta Lyrae, M13, M81,… ; como ocurre en este tipo de eventos, los más menudos y sus padres se marcharon relativamente temprano y, a medida que transcurría la noche, iban quedando menos personas. La totalidad de los que aún aguantaban esperaban con impaciencia creciente a que saliera la luna para poder verla con el telescopio (los más tenaces suelen ser los más espabilados), que se resistía a salir por detrás de una pequeña loma. Una vez rayando el horizonte, apuntamos
al satélite para calmar la impaciencia del grupo y ahí dejamos los telescopios hasta que los últimos se dieron por satisfechos y se despidieron de nosotros. La una de la madrugada, tocaba recoger los equipos y desandar el camino para casa. Misión cumplida.


Esperamos haber dejado un grato recuerdo en los amigos de Navas que nos acompañaron en la salida de observación. Personalmente, me sorprendió agradablemente la curiosidad de la gente y las ganas de saber de todo. No es habitual que te hagan tantas preguntas, tanto mayores como pequeños, en este tipo de actividades.

















domingo

25/07/2015. Primera salida de observación del verano


Anoche pudimos hacer nuestra primera sesión de observación de este verano. Se ha hecho de rogar un poco, pero es que, lo que en principio parecen las mejores condiciones para salir al campo con los telescopios: buenas temperaturas nocturnas y periodo vacacional para muchos, se contrarresta con los inconvenientes propios de los días de estío: oscurece muy tarde, los cielos están muchas veces enmarañados o con calima y nosotros también tomamos nuestras vacaciones, por lo que resulta más difícil encontrar una fecha adecuada para organizar . 


Ya en la estación de trenes no había ni un alma a la hora convenida.  Tampoco es que sea algo inusual, la gente suele venir con algo de retraso. Más tarde se presentó un nuevo aficionado con su telescopio, Fran Donoso, con la idea de que le enseñáramos a usarlo. Después de esperar media hora, partimos rumbo a La Cervera, nuestro ancestral lugar de observación (antes lo había sido el hangar del antiguo campo de aviación, el actual feria, pero eso son ya recuerdos del siglo pasado en la memoria de un abuelo cebolleta, que darían para hacer un Cuéntame astronómico cacereño).

Cuando llegamos al campo, nos estaba esperando nuestro incondicional Miguel (Miki Hispania) con su esposa.

La luna se encontraba en fase creciente, con un 66% de superficie iluminada, demasiada luz ambienta  que nos iba a limitar mucho en la observación de los objetos de cielo profundo. No tardaríamos en comprobar hasta qué punto iluminaba el campo, proyectando nuestras sombras de forma muy definida. Júpiter y Venus no alzaban más de 10º sobre el horizonte y su observación era obviamente imposible. De hecho, cuando pudimos apuntar a Júpiter solo pudimos apreciar una distorsionada bola amarillo anaranjada.

Tras instalar y poner en estación mi C6, llegó el momento de echar una mano a Fran con su viejo Tasco 114, un telescopio newtoniano de focal larga muy apropiado para planetaria y objetos brillantes. Algunas indicaciones sobre cómo prepararlo para una observación (apuntar a la estrella polar, equilibrar el tubo al estilo de las balanzas romanas y colimar el buscador, esto último necesitará de trabajo con luz de día) y empezamos a observar la luna.

La resolución del Tasco es bastante buena, pero la imagen resulta un poco pobre a causa de los oculares que vienen de serie con el telescopio.

Un poco más tarde se nos unió María Hurtado y su familia, nuevos también en estas salidas, no sin que les costara un poco encontrarnos. Mira que siempre echo en el coche la escalera para que puedan observar cómodamente los más pequeños y hoy que no lo hago -en parte se me olvidó y en parte me despreocupé pensando que no iba a venir nadie- me encuentro con 3 pequeños aficionados frente a mi telescopio que, para más inri, tenía las patas subidas a tope. Al final logramos apañarnos bien.

Pasamos del disco completo de la luna -llena de agujeros- a los detalles con el tope de aumentos: Copérnico, Clavius y Plato desfilaron por el ocular. De la luna a Saturno, con Titan y Rea completando el paisaje siempre espectacular del planeta de los anillos y las 2 bocas (ese fue uno de los comentarios de la noche, cortesía de un de los peques. Tal vez el cuadro de Cronos, Saturno, devorando a sus hijos no sea tan descabellado, con 2 bocas debes tener un apetito voraz).

Casi al final de la noche llegó nuestro amigo Fidel, acompañado de unos amigos y más niños (maldita escalera), justo cuando pasamos a observar la doble de Albireo. Fran  apuntaba a la luna para los recién llegados. De Albireo a por las nebulosas planetarias de la zona: M57 y M27, un poco desvaídas a causa del resplandor de la luna. Desde allí a M13, el precioso cúmulo globular que no se deja amilanar por el brillo de nuestro satélite. 

Cerca ya de la 1 de la madrugada, jirones de nubes altas hicieron acto de presencia por la zona de Casiopea y por Sagitario. Era la señal de que había que ir pensando en recoger, así que apuntamos una última vez a la luna para despedirnos. Tiempo de desmontar, desandar el camino y volver a meter todo el equipo en casa sin hacer demasiado ruido, que la familia está dormida.
La próxima para las perseidas, si el personal se anima.







sábado

21/06/2015. The Worldwide Solscice Festival


El pasado domingo 21 de junio,  la Agrupación Astronómica de Cáceres se unió a la celebración mundial del Worldwide Solstice Festival, lo que el año pasado fue el International Sun-day. En esta ocasión la fecha  del evento coincidía con el solsticio de verano y la previsión meteorológica era de calor y cielos despejados con aparición de algunas nubes.


 A diferencia de la sesión del año 2014, esta vez solo le dimos publicidad a través de nuestra página de facebook, ya que tampoco teníamos muy claro con cuántos telescopios íbamos a contar para la ocasión. Finalmente fueron el Celestron 9 1/4 de Luis Miguel y mis Celestron 6" XLT y Celestron R102mm los que montamos en el recinto ferial de Cáceres.


Los 2 catadióptricos fueron montados con filtros solares para la observación visual directa y el refractor se dejó para ver el sol por proyección con una embudo-pantalla.

Desde las 10:30, que instalamos los equipos, hasta las 13:00, que empezamos a recoger, estuvimos a disposición de todos los amigos que quisieron acompañarnos y disfrutar de la observación del astro rey, a pesar del intenso calor que tuvimos que soportar (el sensor de temperatura del coche marcaba 37º cuando nos marchamos). No fueron muchos los valientes que se atrevieron a retar al calor, pero contamos con los incondicionales del año pasado y algunos más.


Aunque las nubes hicieron acto de presencia a mitad de la actividad, no molestaron en exceso. Más bien se agradecía una pausa de radiación solar de vez en cuando. Visto en la pantalla de proyección, el paso de las nubes por delante del disco solar era lo más parecido a tener un fumador-vapeador celeste echando su particular humo al sol (estas son el tipo de tonterías que se le ocurren a uno tras un buen rato expuesto a la insolación, pero que a los más pequeños les hace gracia).



La superficie del sol nos mostraba 2 grupos de manchas fáciles de observar por sus tamaños: la 2367, muy extensa y dispersa, situada cerca del borde del disco, y la 2371, un magnífico grupo de 2 grandes manchas muy bien definidas, que ofrecía un espectáculo precioso por el ocular del telescopio.




Cumplida nuestra misión por segundo año, tal vez tengamos que plantearnos dejar la celebración del solsticio para el invierno, que seguramente se agradecerá más estar bajo los rayos del sol. En todo caso, nuestro sincero agradecimiento a los amigos que nos quisisteis acompañar. 



lunes

OBSERVACIÓN DEL SOL. PRECAUCIONES Y CONSEJOS PARA EL ECLIPSE DEL 20 DE MARZO


   La afición a la astronomía no es una actividad de peligrosa en sí, dejando aparte el riesgo de quedarte solo en medio del campo sin batería en el coche o la posibilidad de sufrir un accidente, tanto en medio del campo a oscuras como en el trayecto de vuelta a casa a altas horas de la madrugada, la contemplación del cielo estrellado a través de un telescopio está exenta de estrés.

   Sin embargo, la observación de nuestra estrella, el sol, sí puede darnos serios disgustos si no tomamos las precauciones adecuadas. Debemos tener en cuenta que la radiación solar nos llega como luz visible, ultravioleta e infrarroja. Y estas dos últimas son invisibles al ojo, por lo que podemos estar mirando cómodamente por un filtro que nos atenúe la luz visible, pero sin reducir las otras dos, y encontrarnos con desagradables consecuencias más tarde si hemos expuesto nuestros ojos de manera prolongada a ese tipo de filtros. Si lo piensas bien, es lo mismo que nos puede suceder cuando tomamos el sol en verano sin ningún tipo de protección.

    Es por eso que los inventos caseros, como las radiografías o los negativos fotográficos velados, pueden ser muy peligrosos, más aún si tratamos de utilizarlos con instrumentos ópticos como objetivos fotográficos, prismáticos o telescopios. Todos ellos actúan como lupas que concentran la radiación solar, multiplicando así el riesgo de sufrir lesiones oculares. Los cristales de las máscaras de soldar nos pueden hacer el uso para mirar a simple vista durante poco tiempo. 

    Como no se trata tampoco de alarmar a nadie, sino de que se actúe con precaución, es conveniente seguir una serie de recomendaciones para disfrutar de manera segura de la observación del astro rey.

Filtro de vidrio Thousan Oaks Type II
Filtro solar de para toda la abertura

 1. Nunca mires el Sol por un instrumento óptico a menos que tengas la certeza de que está provisto de filtros suficientes como para reducir la intensidad de la radiación solar a un nivel seguro para el ojo. Premisa fundamental. Si no dispones de un filtro solar adecuado, haz la observación por el método de proyección

Filtro de lámina Baader
Filtro solar montado en el diafragma

Filtro casero con lámina Baader

Existen en el mercado varios tipos de filtros solares, siendo los más baratos las láminas tipo Baader, que se pueden adquirir ya montadas en un bastidor, listas para colocar sobre el telescopio, o en hojas tamaño A4 para construir tu propio filtro a medida. Estas láminas son a primera vista como espejos de papel aluminio muy fino, a través de las que no se ve absolutamente nada a no ser que las dirijas al sol, del que solo dejan pasar el 0,001% de su luz (aún así, se ve como un disco muy brillante). 



 2. Coloca todas las tapas (buscador, tubo guía y tubo principal) antes de dirigir el telescopio hacia el sol. Comprueba que están todas puestas. 

 3. Coloca el filtro solar siempre delante del objetivo. Evita los filtros que se alojan en el ocular, la idea es minimizar la radiación solar a la entrada del sistema óptico con el fin de reducir al máximo la radiación que recibe el ojo. Algunas tapas tienen a su vez una pequeña abertura con tapón (habitualmente es de 5 cm) que sirve de diafragma. Lo mejor en estos casos es trabajar con la tapa pequeña quitada y el filtro montado en ella, así entrará menos luz y aumentarás tu seguridad. 

Proyección de sombra
mínima del telescopio
 4. Con todos los elementos ópticos tapados o con filtros, apunta el telescopio hacia el sol. Puedes guiarte por la proyección de la sombra del telescopio sobre el suelo, cuanto más cerca esté del Sol menos ovalada y más circular se verá la sombra. 

La sombra del tubo nos puede guiar
 para encontrar el sol
 5. Finalmente centra el disco del sol en el campo del ocular y disfruta del espectáculo sin mantener el ojo demasiado tiempo pegado al ocular. Nos puede resultar de gran ayuda a la observación colocar una lámina de cartón delante del ocular. De este modo conseguimos apantallar la luz que nos llega directamente del sol y, además, podemos utilizarla para localizar el sol con mayor facilidad, usando la sombra que proyecta el tubo sobre ella. 


   ¿Qué se puede hacer si no dispongo de filtros astronómicos? Siempre podremos observar el sol proyectando su imagen sobre una superficie blanca, como una cartulina. Su principal ventaja es que, además de ser completamente segura, varias personas pueden estar viendo simultáneamente el disco solar. Con este sistema, los pasos a seguir son los mismos que hemos enumerado, hasta el punto 4º. A partir de ahí tendremos que hacer lo siguiente: 

Aspecto del disco solar a través de un embudo
Proyección por embudo solar
 5. Ponemos la pantalla de proyección detrás del ocular y quitamos la tapa del objetivo. Cuando el sol se encuentre en el campo del ocular veremos un disco completamente blanco en la pantalla. Para hacerlo más grande solo hay que aumentar la distancia al ocular y ajustar el enfoque del telescopio para que se vea nítido el disco solar. En ningún caso acercaremos el ojo al ocular. Si quieres hacer la prueba, pega la pantalla al ocular, enfoca y verás con qué rapidez empieza a quemarse.



Visión del disco del sol por el embudo solar
Embudo solar
   Una variante curiosa del método de proyección es el embudo solar (Embudo solar). Yo construí el mío con un embudo de cocina de boca inferior ancha, un pedazo de cortina de baño vieja, alambre y una brida metálica. 







    Esperamos que estas líneas os puedan orientar en la observación del sol. Sobre todo, mucha precaución y que disfrutéis del eclipse (si las nubes lo permiten).