miércoles

Contaminación lumínica en Cáceres

Hace unos días que se viene anunciando a bombo y platillo en la prensa local que la Junta de Extremadura va a invertir medio millón de euros en renovar todo el alumbrado de la ciudad monumental de Cáceres, instalando lámparas LED, con lo que se va a conseguir un importante ahorro  en la factura de la luz y reducir la contaminación lumínica de la ciudad. Vista la noticia, preparé la carta que transcribo íntegra (sí es un poco tocho, os pongo algunas fotos para suavizar el ladrillo) y la mandé a la prensa escrita local. 

  LA RENOVACIÓN DEL ALUMBRADO DE LA CIUDAD MONUMENTAL Y LA ILUMINACIÓN CON TECNOLOGÍA LED 
La semana pasada la alcaldesa de Cáceres presentó el proyecto de renovación del alumbrado de la ciudad monumental que, mediante la instalación de lámparas LED, va a suponer una inversión de más de 600.000 euros. Que nuestro casco viejo necesita una reforma integral de su iluminación, por el derroche de energía que supone y la contaminación lumínica que genera, resulta evidente para cualquiera que observe el hongo de luz que produce nuestra ciudad en las noches en las que la iluminación artística está encendida y lo compare con el que presenta cuando está apagada.


La iluminación de las nubes, el mejor indicador de cuánta C.L. soportamos
Sin embargo, afirmar que con la tecnología LED se va a reducir la contaminación lumínica es un poco cuestionable. La reducción de la contaminación lumínica no depende de la tecnología utilizada sino de la manera de iluminar cada elemento. Unos focos encastrados en el suelo (como sucede en palacio del Mayoralgo o en el jardín del palacio de Luisa de Carvajal) o unas farolas que emiten luz en todas direcciones, como las que ahora mismo tenemos en la ciudad monumental, no dejan de ser importantes fuentes de contaminación lumínica con independencia del tipo de lámpara que se instale. Por eso, la mera sustitución de las lámparas actuales en los faroles existentes -es lo que dice la noticia- no va a reducir la contaminación lumínica en absoluto, ya que son estos faroles, junto con los potentes cañones de luz colocados en los tejados de los edificios, los causantes de dicha contaminación. Combatir la contaminación lumínica supone utilizar la cantidad precisa de luz que se necesita en cada lugar, con la orientación adecuada y de manera que no deslumbre o moleste a los residentes de la zona, a los viandantes o al medio ambiente.

 Si bien es cierto que los LED tienen una mayor versatilidad para la iluminación ornamental, no necesariamente son la mejor solución para el alumbrado viario. Al parecer, las lámparas que pretenden instalarse para iluminar las calles de la ciudad monumental son de luz blanca (4000K), el tipo de lámpara más frecuentemente utilizado por los instaladores debido a su mayor eficacia luminosa y menor coste respecto a otros LED de tonos más cálidos. El problema de este tipo de lámparas radica en que emiten un tipo de radiación azul altamente nociva para la salud humana y para el medio nocturno, al alterar los ciclos vigilia-sueño de los seres vivos, tienen un alto índice de deslumbramiento (tal y como lo padecen los vecinos de Malpartida de Cáceres) y triplican la contaminación lumínica. No en vano, la oficina técnica para la protección de la calidad del cielo del Instituto de Astrofísica de Canarias -referente mundial en materia de contaminación lumínica- desaconseja el uso del LED blanco con temperatura de color superior a 3000k para la iluminación de exteriores, recomendación seguida por administraciones autonómicas como la canaria y la andaluza.



Además, iluminar con luz blanca nuestro casco viejo sería un atentado al ambiente del casco antiguo ¿Alguien se imagina pasear por la plaza de San Jorge con el mismo tipo de luz que tiene el interior de un centro comercial? ¿No sería más adecuado, puestos ya a montar LED, unas lámparas con tonalidades más cálidas, PC ámbar, por ejemplo, que tiene un componente azul casi nulo y que ha mostrado ser el más respetuoso con el medio ambiente? ¿A alguien se le ocurre montar el mismo tipo de iluminación en el salón de su casa que el que tiene en la cocina? Diferentes espacios precisan de iluminaciones distintas en función de su uso, ya sea en una vivienda o en nuestras calles. 


En definitiva, una inversión tan importante, como la que se va a realizar en Cáceres, debería servir para mejorar la situación actual y no para generar nuevos problemas, solo por tomar decisiones en base a criterios estrictamente económicos. Nuestra salud y la protección del entorno natural que nos rodea deben tener una consideración especial por parte de nuestras administraciones, no por una cuestión de mero capricho, sino puro sentido común y porque así lo impone la ley de prevención y calidad ambiental de Extremadura en lo que se refiere a la contaminación lumínica. 


 Juan Miguel González Polo, socio de Cel Fosc, Asociación contra la contaminación lumínica, y presidente de la Agrupación Astronómica de Cáceres.