domingo

25/07/2015. Primera salida de observación del verano


Anoche pudimos hacer nuestra primera sesión de observación de este verano. Se ha hecho de rogar un poco, pero es que, lo que en principio parecen las mejores condiciones para salir al campo con los telescopios: buenas temperaturas nocturnas y periodo vacacional para muchos, se contrarresta con los inconvenientes propios de los días de estío: oscurece muy tarde, los cielos están muchas veces enmarañados o con calima y nosotros también tomamos nuestras vacaciones, por lo que resulta más difícil encontrar una fecha adecuada para organizar . 


Ya en la estación de trenes no había ni un alma a la hora convenida.  Tampoco es que sea algo inusual, la gente suele venir con algo de retraso. Más tarde se presentó un nuevo aficionado con su telescopio, Fran Donoso, con la idea de que le enseñáramos a usarlo. Después de esperar media hora, partimos rumbo a La Cervera, nuestro ancestral lugar de observación (antes lo había sido el hangar del antiguo campo de aviación, el actual feria, pero eso son ya recuerdos del siglo pasado en la memoria de un abuelo cebolleta, que darían para hacer un Cuéntame astronómico cacereño).

Cuando llegamos al campo, nos estaba esperando nuestro incondicional Miguel (Miki Hispania) con su esposa.

La luna se encontraba en fase creciente, con un 66% de superficie iluminada, demasiada luz ambienta  que nos iba a limitar mucho en la observación de los objetos de cielo profundo. No tardaríamos en comprobar hasta qué punto iluminaba el campo, proyectando nuestras sombras de forma muy definida. Júpiter y Venus no alzaban más de 10º sobre el horizonte y su observación era obviamente imposible. De hecho, cuando pudimos apuntar a Júpiter solo pudimos apreciar una distorsionada bola amarillo anaranjada.

Tras instalar y poner en estación mi C6, llegó el momento de echar una mano a Fran con su viejo Tasco 114, un telescopio newtoniano de focal larga muy apropiado para planetaria y objetos brillantes. Algunas indicaciones sobre cómo prepararlo para una observación (apuntar a la estrella polar, equilibrar el tubo al estilo de las balanzas romanas y colimar el buscador, esto último necesitará de trabajo con luz de día) y empezamos a observar la luna.

La resolución del Tasco es bastante buena, pero la imagen resulta un poco pobre a causa de los oculares que vienen de serie con el telescopio.

Un poco más tarde se nos unió María Hurtado y su familia, nuevos también en estas salidas, no sin que les costara un poco encontrarnos. Mira que siempre echo en el coche la escalera para que puedan observar cómodamente los más pequeños y hoy que no lo hago -en parte se me olvidó y en parte me despreocupé pensando que no iba a venir nadie- me encuentro con 3 pequeños aficionados frente a mi telescopio que, para más inri, tenía las patas subidas a tope. Al final logramos apañarnos bien.

Pasamos del disco completo de la luna -llena de agujeros- a los detalles con el tope de aumentos: Copérnico, Clavius y Plato desfilaron por el ocular. De la luna a Saturno, con Titan y Rea completando el paisaje siempre espectacular del planeta de los anillos y las 2 bocas (ese fue uno de los comentarios de la noche, cortesía de un de los peques. Tal vez el cuadro de Cronos, Saturno, devorando a sus hijos no sea tan descabellado, con 2 bocas debes tener un apetito voraz).

Casi al final de la noche llegó nuestro amigo Fidel, acompañado de unos amigos y más niños (maldita escalera), justo cuando pasamos a observar la doble de Albireo. Fran  apuntaba a la luna para los recién llegados. De Albireo a por las nebulosas planetarias de la zona: M57 y M27, un poco desvaídas a causa del resplandor de la luna. Desde allí a M13, el precioso cúmulo globular que no se deja amilanar por el brillo de nuestro satélite. 

Cerca ya de la 1 de la madrugada, jirones de nubes altas hicieron acto de presencia por la zona de Casiopea y por Sagitario. Era la señal de que había que ir pensando en recoger, así que apuntamos una última vez a la luna para despedirnos. Tiempo de desmontar, desandar el camino y volver a meter todo el equipo en casa sin hacer demasiado ruido, que la familia está dormida.
La próxima para las perseidas, si el personal se anima.