domingo

I Star Party de la Comarca de Monfragüe y su entorno

Ayer disfrutamos de los magníficos cielos de la Comarca de Monfragüe, con la inauguración del Observatorio Astronómico de Monfragüe, acto que estuvo acompañado por tres conferencias, una de Francisco Montes, sobre el Cielo de Verano, otra de Cristina Fabo sobre la implantación de una experiencia de astroturismo privada en la localidad pacense de Fregenal de la Sierra y la tercera por parte de Juan Miguel González Polo, sobre la historia de la Agrupación Astronómica de Cáceres. La noche se completó con una visita al Observatorio Astronómico, y a la exposición de Astrofotografía “La belleza del cosmos”, y como colofón de la jornada, la observación astronómica con telescopios y prismátcos hasta las 2:30 de la mañana.
La Asociación para el Desarrollo de Monfragüe y su Entorno (Ademe) organiza entre el 29 y el 31 de agosto la I Star Party que tendrá una de sus sedes, además de en Malpartida de Plasencia, en Torrejón el Rubio. La “fiesta de las estrellas” pretende acercar con diversas actividades como conferencias sobre astrofotografía, talleres de astronomía creativa y observaciones nocturnas y solares la astronomía al público de todas las edades, que tiene en nuestra comarca uno de los lugares privilegiados para su disfrute.

Imágenes de la jornada de ayer sábado durante la inauguración del observatorio astronómico de Torrejón el Rubio, a la que nuestro presidente Juan Miguel González fue invitado a participar con una ponencia sobre la historia de la Agrupación Astronómica de Cáceres.
Acto seguido se instalaron los telescopios en una explanada cercana al edificio del observatorio, lugar donde se celebró la 1ª STARPARTY de la Comarca de Monfragüe y su entorno.

Nuestro agradecimiento al Ayuntamiento de Torrejón el Rubio y a ADEME , por invitarnos a participar en estas Jornadas.









sábado

Noche de Astronomía en Malpartida de Cáceres

Este 1 de agosto estuvimos en el centro de Vías Pecuarias de Malpartida de Cáceres para hacer la noche astronómica que incluía  la charla El cielo de una noche de verano y una salida de observación con telescopio. Lo cierto es que el día se presentaba bastante mal. Ni parecía verano con las brumas y nubes de la mañana, ni había mucho cielo que ver con la cola de un frente barriéndonos  literalmente de oeste a este y bajando mucho las temperaturas en la noche.

Todo había sido preparado para hacer la actividad al raso, a cielo abierto, en la calle del centro, convenientemente cortada para la ocasión, pero el viento se encargó de complicar la tarea de los trabajadores que estaban montado el escenario.

Llegada la hora, más los siempre necesarios 15 minutos de cortesía, comenzamos la charla con bastante público. No me gusta alargar este tipo de actividad más de 50 minutos, pero esta se estiró un poco más de lo debido. Lo siento por los pobrecitos que aguantaron hasta el final con el aire y el fresco que tuvieron que soportar, a  la vez que aprecio enormemente su esfuerzo. Espero que al menos disfrutaran de las diapositivas y las explicaciones. Creo que los más pequeños pasaron un buen rato.

Terminada la charla teníamos que decidir si arriesgarnos a continuar con la salida de observación o posponerla para otra fecha. Como desde la ventana que ofrecía la calle la cosa parecía que iba tomando un buen aspecto, decidimos seguir adelante con el programa y marchar hacia la ermita de San Isidro, junto al monumento natural de Los Barruecos, para contemplar el cielo de una noche de verano en vivo.

En principio el plan era que la gente fuera hasta la ermita andando y así yo disponía de tiempo para desplazarme al lugar y montar el telescopio antes de que todo el mundo llegara. Naturalmente, pocos fueron los que se atrevieron a hacer la travesía a pie con la rasca que hacía. En definitiva, sobre mi cogote más de 100 personas contemplaban cómo se monta y orienta un telescopio a toda pastilla.

Con el artilugio ya montado y funcionando empezamos a localizar Marte y Saturno a simple vista, trazamos las constelaciones (la noche se ha limpiado bastante, aunque la humedad y el aire hacen estragos en la tropa), y aprendemos a encontrar la estrella polar.
Y por fin, la observación por el telescopio. Imperdible Saturno, no solo por su belleza, sino porque ya está bajando peligrosamente y no hay tiempo que perder. Primero el ejército de los más pequeños (para estos menesteres me he habituado a llevar siempre una utilísima escalera-taburete),  y después los mayores –todos apelotonados junto al telescopio, ávidos de ver el planeta de los anillos. La espera fue larga, pero para muchos la visión mereció la pena. Terminado Saturno quedábamos menos de la mitad para seguir viendo más objetos y tan solo un puñado (más bien 5 o 6) cerramos la sesión sobre las 2 de la madrugada.

La jornada dio para acuñar una nueva descripción de Saturno. Cuando le pregunté a un peque que contara lo que veía, me dijo: es de color carne y tiene ojos, refiriéndose al espacio vacío entre los anillos y el borde del disco planetario.

Debo agradecer el trabajo de colaboración de los trabajadores del ayuntamiento que hicieron posible que la charla se realizara con total normalidad, a pesar de que los elementos no lo pusieron nada fácil. A Carmen Domínguez y su compañera del centro de Vías Pecuarias por contar con la asociación, por su maravilloso trato y por todas las facilidades que me dieron, así como a la concejala de cultura por los obsequios con los que nos agasajaron. Y gracias, como no, a mi amigo Fidel Olivenza por sus fotos del evento, que ilustran esta entrada, y su labor de soporte durante toda la noche.